La zafra citrícola 2022 está llegando a su final y en el balance no será mejor que la del año pasado. Los altos costos, la brecha cambiaria y la guerra Ucrania-Rusia le pusieron palos a la actual campaña que, según estiman desde el sector, quedará con 200.000 a 300.000 toneladas de limones en las plantas.
“La verdad es así. Fue un año muy difícil, muy complicado desde todo punto de vista. Pero principalmente por los problemas de logística; el encarecimiento de los fletes fue importante, especialmente los marítimos”, remarcó el vocal de AcNOA, Roberto Sánchez Loria.
“También la guerra nos impactó directamente, porque tenemos en Rusia un cliente de magnitud. Y obviamente, todas las operaciones comerciales con ellos se complicaron muchísimo”.
Apuntó que los costos internos también se dispararon por el desfasaje del dólar. “Me refiero al oficial, que viene muy retrasado. Nosotros cobramos en dólares oficiales y todos los insumos los pagamos con dólares de la inflación y eso está afectando notablemente la rentabilidad del sector”.
Sánchez Loria se quejó porque las disposiciones económicas del Gobierno no llegan al sector citrícola. “Por caso, el ‘dólar soja’ solo es para ellos, para una pequeña porción de productores. La situación de las otras actividades, sobre todo las que están dentro de las economías regionales -la mayoría es exportadora- sigue muy complicada”, apuntó el empresario.
- En números, ¿cómo va cerrando la campaña?
-Los valores de exportación de limones en fresco serán parecidos a los del año pasado o un poco menos. Y la industria tratará de moler lo mismo que 2021, hasta fines de este mes. Y va a quedar fruta en las plantas. Se produjo mucho este año. Es seguro que hubo una inexactitud entre la oferta y la demanda, lo que también es un poco la responsabilidad del sector. Volver a equilibrar la oferta con la demanda es la próxima tarea para no tener estos excedentes.
- ¿Tuvo incidencia la guerra?
-Sí, tuvo que ver; el tema de la guerra fue una sorpresa y retrajo la demanda. Y el precio fue el primer afectado por este conflicto bélico. No hay que olvidar que en el mundo hay una situación económica delicada, que tiende a ser recesiva, y eso afecta a todas las actividades vinculadas a la exportación.
-¿Cuánto es lo que habría perdido la actividad citrícola exportadora con este escenario?
-No tengo aún la cifra para decirlo, pero lo que sí puedo señalar es que por lo menos una porción importante de la producción quedará sin procesar. Si concentramos las cifras sin hacer fresco ni mandar a fábrica, estamos hablando de números serios: las estimaciones rondan entre las 200.000 a 300.000 toneladas de frutos que quedarán en las plantas.
Finalmente, le consultamos a Sánchez Loria si van a trasladar al Gobierno la situación para pedir una compensación. “Tratamos de mantener un diálogo para evaluar la manera de mitigar las dificultades. Hay un hecho contundente que le trasladamos: la actualización del tipo de cambio, que es la moneda con la que cobramos nosotros”.
Un productor que pidió reserva de su nombre precisó que este año trabajaron casi a pérdida, que la fábrica rechazó parte de su producción incluso gratis, y que no sabe cómo enfrentará los gastos de insumos y de tareas culturas para la próxima campaña.